El cambio climático afecta a todos los países en todos los continentes, produciendo un impacto negativo en su economía, la vida de las personas y las comunidades. Tenemos a nuestro alcance soluciones viables para que los países puedan tener una actividad económica más sostenible y más respetuosa con el medio ambiente y necesitamos implementarlas.
El Paraguay es un país que cuenta con innumerables riquezas naturales, con un territorio que se encuentra cruzado por numerosos cursos de agua, que constituyen la red hidrográfica de la Cuenca del Plata, donde se asienta el Acuífero Guaraní. Estos cursos de agua son aprovechados para la producción de energía, con dos centrales
hidroeléctricas: Itaipú y Yacyretá (Secretaría del Ambiente [SEAM], Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo [PNUD] y Fondo para el Medio Ambiente Mundial
[FMAM], 2017, p. 21).
La oferta interna bruta de energía del Paraguay en el 2017 correspondió en un 60,9% a la hidroenergía y un 39,1% a la biomasa (Viceministerio de Minas y Energía [VMME], 2018, p. 16). Mientras que el consumo energético es predominado por la biomasa tradicional con un 44,2%, seguida por los derivados del petróleo con un 40,1% y la electricidad con un 15,7% (VMME, 2018, p. 26).
Otro sector importante en el Paraguay es el forestal, a pesar de mostrar un lento retroceso en los últimos años en comparación con los demás sectores, debido a la pérdida de la riqueza maderera y la fragmentación de los recursos boscosos (SEAM, PNUD y FMAM, 2017, p. 21). En el 2012 se estimó que la masa boscosa del Paraguay llegó a una superficie de 17.200.000 hectáreas, de las cuales 2.628.357 se encontraban en la Región Oriental, y 14.648.281 se encontraban en la Región Occidental (Instituto Forestal Nacional [INFONA], 2012, p. 17).
